My Dear Parishioners,
I am glad to say that we are still here alive and active in serving God and His beloved people. Even though there is good news that some kind of COVID-19 vaccine might work to protect people from the threat of coronavirus, the prospect of seeing an end to this pandemic is still up in the air. The sad news that there is another spike in the number of infection cases and those who are hospitalized says to me that the pandemic is going to stay here for a while. We are also aware of the recent hurricanes here in our country and typhoons in the Pacific Realm devastating many countries including my homeland the Philippines, particularly in the region where my family lives.
Because of the continuing hardships caused by the pandemic and the devastating results left by the recent calamities, many of us are really finding it hard to cope with life itself. Some people are ready to just give up because they really find it difficult to carry their heavy burdens. People of faith, on the other hand, have found solace in bringing their burdens no matter how heavy they may be, to the Lord. They believe, and you and I believe that God is our refuge and strength in time of need. We remember Jesus’ words of invitation “Come to me, all you who labor and are burdened, and I will give you rest. Take my yoke upon you and learn from me, for I am meek and humble of heart; and you will find rest for yourselves. For my yoke is easy, and my burden light.” (Matt 11:29-30)
I thank the Lord Jesus for those words of comfort, because they do provide strength for us, His beloved children. The Lord continues to assure us that He will never abandon any of us in time of need. Sometimes, we just need to humble ourselves to ask God for help when we are in need, for He will provide indeed, but in His own terms and in His own time. God also promised to give us what we need and ask for. He told us that if He can take care of the birds of the air who do not worry where they would get their next meal as they fly from North to South, from East to West and back and forth, how much more will the Father in Heaven provide for us, human beings, His children, because we are more precious than the birds themselves. Then He encourages us to bring the good news to those who are ready to give up through our words and examples.
Last weekend, November 21 and 22, we celebrated the solemnity of Our Lord Jesus Christ, the King of the Universe to close the liturgical calendar year 2019-2020. We proclaimed on that solemnity that Jesus is not just an all-powerful, all-knowing, and eternal King, but He is also an infinitely generous King. Not only has he given us this earth, life, the laws of physics, chemistry, and biology, but he has also revealed to us the meaning of life, the path to true, lasting happiness on earth and eternal happiness in heaven.
In the gospel of Matthew 25:31-46, Jesus tells us exactly what is most important in life, exactly what really matters. It's not how much money we make. It's not how many awards we win. It's not how famous or popular we become. It's not how many groundbreaking discoveries we make. It's not how many people we have working under us. It's not even how much we enjoy ourselves. At the end of life, when we go before our Lord to present to him the results of our years on earth, he won't ask us about any of those things - not one of them; they simply don't matter very much. What matters is whether or not we have learned how to love, how to give of ourselves for the benefit of others.
Unless we are doing that, nothing else will have any meaning, and our hearts will be frustrated and sad. We were made to live in communion with God, and God, through Christ, has identified Himself with every human being, so only by serving and loving them can we truly serve and love our King. At the end of life we all have to take a final exam, the only exam that really matters. Christ is the examiner, and in this passage He gives us ahead of time not only the questions on the exam, but also the answers.
Even though this coronavirus pandemic has brought misery and pain, trials and tribulations to so many people around the world, the good news is that, our Lord Jesus Christ, our King has already redeemed us and He continues to work through His church, through you and me to bring hope and to re-unite us as one family of God. So when Jesus says that how we treat others is how we treat Him, He is not just being poetic. He has identified Himself with every single human being, because He wants to reunite all of us in one family, through linking each of us with Himself.
Finally, this is the week in America when we traditionally give thanks to Almighty God for everything He has given us. I want to take this opportunity to thank you all for your continued love and support to our parish community and to us, your priests and deacons and their wives. I am very grateful to the Parish Staff, the members of the Parish Pastoral Council and Parish Finance Council, and my Parish Team Leaders for their assistance in helping me and my associate serve our community of St. Peter Claver well. May God bless us all and may our Thanksgiving reunion bring us closer to one another and to Christ our King and Lord!
Peace,
Fr. Riz
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Mis Queridos Parroquianos,
Estoy muy feliz de decir que seguimos aquí con vida y activos en el servicio de Dios y de Su amada gente. Aunque ya hay buena noticia de que hay una vacuna que pueda ser efectiva para proteger a ciertas personas del COVID-19 el prospecto de ver un fin cercano a esta pandemia está por verse. La noticia triste es que ya van en aumento nuevamente los contagios y también el número de personas hospitalizadas, eso me dice que la pandemia esta para quedarse por un buen rato. También estamos pendientes de los recientes huracanes aquí en nuestro país y en el Pacifico que ha hecho destrucciones devastadoras en varios países incluyendo mi país de las Filipinas, en particular la región donde vive mi familia.
Por las dificultades que continúan a raíz de la pandemia y de las calamidades recientes, mucho de nosotros estamos encontrando muy difícil enfrentar la vida. Algunos están listos a darse por vencidos por las penas que tienen que enfrentar y superar. En cambio, personas de fe, han encontrado consuelo entregándoles todas las penas, por más grandes que sean al Señor. Ellos creen, y usted y yo creemos que Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza en momentos de necesidad. Nosotros recordamos las palabras de Jesús invitándonos “Venid a mí todos los que estáis trabajados y agobiados, y yo os haré descansar. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis descanso para vosotros. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” (Mateo 11:29-30)
Le doy gracias al Señor Jesús por esas palabras de consuelo, porque efectivamente dan fuerza a nosotros Sus hijos amados. El Señor continúa asegurándonos que El nunca nos va abandonar en nuestro tiempo de necesidad. A veces necesitamos solamente humildemente pedirle a Dios que nos ayude cuando necesitamos ayuda, pues El ciertamente proveerá, pero a Su propio tiempo y en Sus propios términos. Dios también nos promete darnos lo que necesitamos y lo que le pedimos. El nos dijo que si El puede cuidar de las aves volando en el aire que no se preocupan de donde recibirán su próxima comida mientras vuelan del norte al sur, del este al oeste, cuanto más no nos dará el Padre en el Cielo para proveer por nosotros, como seres humanos, Sus hijos, porque nosotros somos más preciosos que las aves mismas. Entonces El nos anima a llevar la buena nueva a aquellos que están listos para darse por vencidos a través de nuestras palabras y ejemplos.
El fin de semana pasado, 21 y 22 de noviembre, celebramos la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, El Rey del Universo para terminar el calendario litúrgico del año 2019-2020. Proclamamos en esas Solemnidad que Jesús no es solamente un Rey todo poderoso, que todo lo sabe, y un Rey eterno, pero que El es también un Rey infinitamente generoso. No solo nos ha dado esta tierra, vida, las leyes de física, química, y biología, pero también nos ha revelado a nosotros el significado de la vida, el verdadero camino, felicidad duradera en la tierra y felicidad eternal en el Cielo.
En el Evangelio de Mateo 25:31-46, Jesús nos dice exactamente qué es lo mas importante en la vida, exactamente qué es lo que importa. No es cuánto dinero hacemos. No es cuantos reconocimientos recibamos. No es que tan famoso o popular seamos. No es cuantos descubrimientos revolucionarios hagamos. No es cuantas personas tenemos trabajando por nosotros. No es ni cuánto nos estemos divirtiendo.
Al final de la vida, cuando lleguemos ante nuestro Señor a presentarle a Él los resultados de nuestros años en la tierra, El no nos preguntara de esas cosas- de ni una de esas cosas; esas cosas simplemente no importan tanto. Lo que importa es si hemos o no aprendido a amar, si nos hemos entregado para el beneficio de los demás.
A no ser que estemos haciendo eso, nada mas tiene mucho significado, y nuestros corazones estarán frustrados y tristes. Fuimos hechos para vivir en comunión con Dios, y Dios, atreves de Cristo, Se ha identificado con cada uno de los seres humanos, entonces solamente con servir y amar al prójimo realmente podremos verdaderamente servir y amar a nuestro Rey. Al final de la vida todos tendremos un examen final, el único examen que en verdad importa. Cristo es el que nos hará el examen, y en este pasaje nos da por adelantado no solo la pregunta del examen, si no también las respuestas.
Aunque esta pandemia del Coronavirus ha traído dolor y miseria, pruebas y tribulaciones a tanta gente en todo el mundo, las buenas noticias es que, nuestro Señor Jesucristo, nuestro Rey ya nos ha redimido a nosotros y El continua trabajando por medio de Su iglesia, por medio de usted y de mi, a traer esperanza y a reunirnos como una familia de Dios. Entonces cuando Jesús diga que como tratamos a los demás es como lo tratamos a Él, no solamente está siendo poético. El se a identificado con cada uno de los seres humanos, porque el quiere reunirnos a todos para ser una familia, por medio de ligarnos a Él.
Finalmente, esta es la semana en los Estados Unidos cuando tradicionalmente se la de gracias a Dios Todopoderoso por todo lo que nos ha dado. Quiero tomar esta oportunidad para darles las gracias a todos ustedes por su amor y por su apoyo a nuestra parroquia, y a nosotros sus sacerdotes y diáconos y sus esposas. Yo estoy muy agradecido al personal de la parroquia, los miembros del Consejo Pastoral y el Concejo de Finanzas de la Parroquia, y mi Equipo de Lideres Parroquiales por su asistencia en ayudarme a mí y a mis asociados servir de la mejor manera a nuestra comunidad de St. Peter Claver. Que Dios nos bendiga a todos y que nuestra reunión de Acción de Gracias nos traiga más cerca el uno al otro y a nuestro Cristo Rey y Señor!
Paz,
Padre Riz